Este enlace existe igualmente en el área intangible de los individuos; los pensamientos se asocian consciente o inconscientemente a otros. Si difiere de esta aserción, piense o imagine algo, cualquier cosa; notará que en su mente se asomarán vestigios de alguna otra imagen o recuerdo junto al pensamiento original.
Para entender el proceso descrito, cada pensamiento puede compararse a un diminuto imán que permanece aislado cuando se ubica a determinada distancia, pero al más mínimo roce con otro, ambos se alían y ya no resulta tan fácil desasociarlos.
El imán también cede al contacto con metales como la plata o el cobre, tal como un pensamiento se vincula a otro aunque aparentemente no estén relacionados. Así funciona la mente humana, hasta los pensamientos disímiles llegan a conectarse, logrando inclusive generar extraordinarias ideas.
Hoy se ha tomado el pensamiento como prototipo en el área tecnológica, emitiéndose magistralmente los contenidos digitales con una estructura similar a la del pensamiento: un mensaje se asocia a otro a través de hipervínculos. ¿Los resultados? ¡Sorprendentes! Hasta niños que aún no saben leer logran manejar con extrema pericia los recursos tecnológicos.
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